Soluciones para calvicies que no son de origen genético.
Hasta ahora casi no hemos tocado casos que no sean alopecias de origen genético. En este interesante artículo se tratan las soluciones que se pueden plantear aquellas personas que bien por un accidente con trauma, una medicación agresiva o por quemaduras puedan sufrir pérdidas de pelo e incluso de piel.
Este tipo de lesiones no suelen autorregenerarse por lo que se hace indispensable la intervención quirúrgica.
Si la situación a tratar es una alopecia parcial, en la que el paciente conserve al menos el 30% del su cuero cabelludo existe una técnica de expansión tisular que consiste, básicamente, en incrementar la superficie que aún conserva pelo para luego extenderla por la zona alopécica. Para ello se utiliza una especia de bolsa o globo que se implanta bajo la piel en la que queda aún pelo. Requiere anestesia general. Cada semana se introduce algo de suero y se obliga a la piel a dar de sí. Cuando llega a su máximo de dilatación, el paciente debe someterse a otra operación para retirar la bolsa y extender la piel con pelo por la zona que ya no lo tiene.
Por el procedimiento explicado en el párrafo anterior, no todos los pacientes soportan los requerimientos de proceso pues presenta muchas incomodidades además de la notable alteración de la imagen corporal durante la duración del proceso. Es por ello que el factor motivacional es muy importante.
Otra solución más clásica es la implantación de piel con su tejido subcutáneo de otras partes del cuero cabelludo. Se suele utilizar mucho para quemadura de zonas como patillas y cejas. Se suele obtener el colgajo de la zona de la nuca.
Una zona muy delicada son las pestañas. En estos casos la implantación se deberá hacer folículo a folículo, y al igual que en los casos de los trasplantes de piel indicados en el párrafo anterior, tienen el inconveniente de que el paciente tendrá que cortar los pelos implantados a medida que crezcan. En el caso de las pestañas está también la forma de las misma que a fecha de hoy no se pueden imitar.
Los tratamientos farmacológicos que conllevan pérdida de cabello, sólo en un porcentaje pequeño presentan carácter permanente. El resto de los casos recuperan el pelo. Para los casos más radicales, la pérdida de vello es total en el cuerpo por lo que estás técnicas explicadas en este artículo no tiene posibilidades. Una vez se ha destruido el folículo el pelo no se recupera jamás.
Hasta ahora casi no hemos tocado casos que no sean alopecias de origen genético. En este interesante artículo se tratan las soluciones que se pueden plantear aquellas personas que bien por un accidente con trauma, una medicación agresiva o por quemaduras puedan sufrir pérdidas de pelo e incluso de piel.
Este tipo de lesiones no suelen autorregenerarse por lo que se hace indispensable la intervención quirúrgica.
Si la situación a tratar es una alopecia parcial, en la que el paciente conserve al menos el 30% del su cuero cabelludo existe una técnica de expansión tisular que consiste, básicamente, en incrementar la superficie que aún conserva pelo para luego extenderla por la zona alopécica. Para ello se utiliza una especia de bolsa o globo que se implanta bajo la piel en la que queda aún pelo. Requiere anestesia general. Cada semana se introduce algo de suero y se obliga a la piel a dar de sí. Cuando llega a su máximo de dilatación, el paciente debe someterse a otra operación para retirar la bolsa y extender la piel con pelo por la zona que ya no lo tiene.
Por el procedimiento explicado en el párrafo anterior, no todos los pacientes soportan los requerimientos de proceso pues presenta muchas incomodidades además de la notable alteración de la imagen corporal durante la duración del proceso. Es por ello que el factor motivacional es muy importante.
Otra solución más clásica es la implantación de piel con su tejido subcutáneo de otras partes del cuero cabelludo. Se suele utilizar mucho para quemadura de zonas como patillas y cejas. Se suele obtener el colgajo de la zona de la nuca.
Una zona muy delicada son las pestañas. En estos casos la implantación se deberá hacer folículo a folículo, y al igual que en los casos de los trasplantes de piel indicados en el párrafo anterior, tienen el inconveniente de que el paciente tendrá que cortar los pelos implantados a medida que crezcan. En el caso de las pestañas está también la forma de las misma que a fecha de hoy no se pueden imitar.
Los tratamientos farmacológicos que conllevan pérdida de cabello, sólo en un porcentaje pequeño presentan carácter permanente. El resto de los casos recuperan el pelo. Para los casos más radicales, la pérdida de vello es total en el cuerpo por lo que estás técnicas explicadas en este artículo no tiene posibilidades. Una vez se ha destruido el folículo el pelo no se recupera jamás.
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